El de la enfermera escolar, es un trabajo aún muy desconocido por el público general. Por esta razón, es común que la gente crea en falsos mitos acerca del mismo. Desde el habitual y peyorativo sólo ponen tiritas al yo en mi etapa escolar nunca fui existen multitud de clichés atribuidos a la figura de la enfermera escolar que pasan por alto muchas de sus funciones.
La enfermería escolar, así como la figura del médico en los colegios es una salida laboral cada vez más demandada por los centros educativos. Al fin y al cabo, la presencia de un equipo sanitario garantiza la rápida respuesta a las emergencias y el control y seguimiento de demás incidencias de salud. Normalmente, los mitos del trabajo de la enfermera escolar son fruto del desconocimiento, así que confiamos en que este y otros artículos ayuden a ir acabando con ellos.
4 falsas creencias sobre la enfermera escolar
El papel central de la enfermera escolar es velar por la salud de los alumnos y personal del centro. Sin embargo esta no es su única función. Por suerte, la mayor parte de los alumnos pasarán de curso sin haber tenido que acudir a la enfermería. Pero, conviene dar un repaso a los principales mitos a los que se enfrentan al hablar de su profesión. Especialmente al conocer el gran volumen de trabajo que suelen manejar las enfermeras en los colegios.
1. Tener una enfermera escolar es un lujo
La enfermera escolar no es ningún lujo. Es de hecho una necesidad de los centros educativos. Especialmente de aquellos con algún alumno con patología crónica o un volumen de alumnos considerable. El colegio representa una gran concentración de personas diariamente. Y muchas de estas están aprendiendo a desenvolverse en el mundo; con lo cual requerirán de atención sanitaria muy a menudo.
2. La enfermera escolar sólo atiende crónicos
Este falso mito es muy habitual. Como hemos señalado, lo común y deseable durante la etapa escolar es no requerir de los servicios del gabinete médico; sin embargo, el que uno no haya necesitado atención no significa que sólo atiendan a los pacientes crónicos. Por supuesto, los pacientes crónicos representan un porcentaje importante del trabajo de la enfermería escolar, pero dista mucho de ser su única ocupación.
3. Su trabajo es "poner tiritas"
Un comentario generalmente expresado para denostar el trabajo de la enfermera escolar es simplificar su dificultad. El trabajo de la enfermería de un colegio es variado en grados de dificultad y gravedad de las dolencias. Sin embargo, no se trata de poner tiritas.
En un colegio se atienden infecciones, se inmovilizan fracturas, se controla a diabéticos, se administra adrenalina en reacciones anafilácticas, se atienden crisis de ansiedad, se practican maniobras de reanimación, etc. Reducir todas estas tareas a un simple chascarrillo es cuanto menos desacertado. Por ello, es un mito que conviene corregir siempre que se enuncia.

4. Es una salida laboral aburrida
Este es un mito muy común en el mundo sanitario. La enfermería escolar, carece aparentemente de la emoción de trabajar en un quirófano o en una unidad hospitalaria. Pero a cambio tiene la interacción con niños y adolescentes, la educación para la salud, el acompañamiento de los niños en toda su etapa escolar y una consulta de patología general muy interesante.
El papel de la enfermera escolar puede ser determinante en la vida de padres, profesores y alumnos. Y esto convierte este puesto en un pilar esencial para el desarrollo normal del día a día del colegio. Por todo esto, es difícil que pueda resultar aburrido. Eso sí, para poder disfrutar como enfermera escolar, tienen que gustarte los niños.
Y hasta aquí nuestra relación de mitos más comunes de la enfermería escolar. Confiamos en que este artículo te haya ayudado a conocerlos y a saber cómo defender esta profesión de todos y cada uno de ellos. Si ha sido así, ¡no olvides compartirlo! Gracias.
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