El niño con piojos es una de las situaciones más “temidas” por padres y personal escolar, por su facilidad de contagio y la incomodidad y molestias que generan. Es por esto que conviene conocer un poco más acerca de su etiología, diagnóstico y tratamiento. De esta forma, reduciremos su sintomatología al mínimo imprescindible si se diera el caso.
Cabe señalar que, al hablar de un niño con piojos en el cabello y el cuero cabelludo hablamos de pediculosis capitis. Taxonómicamente reciben el nombre de ftirápteros y forman parte de la clase de los insectos ápteros, que significa insectos sin alas durante la etapa adulta ya que sí que las presentan inicialmente. Son parásitos de aves y mamíferos y presentan más de 3000 especies.
Principales manifestaciones en los niños con piojos:
1. Prurito en niños con piojos
El prurito (picor) ocurre como una reacción alérgica a la saliva de los piojos inyectada durante la alimentación. En un paciente sin infestación previa, la aparición de la picazón puede retrasarse hasta que se produzca la sensibilización después de cuatro a seis semanas. Será en ese momento en el que acudirá a sus padres o al médico escolar para ver qué le ocurre.
2. Excoriaciones
Además de los piojos y las liendres, pueden verse excoriaciones secundarias al rascado en el cuero cabelludo, el cuello y la piel retroauricular.
3. Infecciones secundarias (poco frecuentes)
En ocasiones aunque es poco frecuente, pueden producirse infecciones secundarias de la piel ocasionada por bacterias típicas como los estafilococos.

¿Cómo saber si mi hijo tiene piojos?
Esta es una pregunta muy habitual, tanto para la enfermería escolar como para los centros de salud y unidades pediátricas en general. Por suerte, la pediculosis o el niño con piojos es fácil de diagnosticar.
El diagnóstico de sospecha es clínico y sencillo: se limita al picor en el cuero cabelludo especialmente de niños por la mayor prevalencia en ellos. El diagnóstico de confirmación consiste en la visualización de piojos vivos.
Las liendres a menudo se encuentran más fácilmente que las ninfas o los piojos adultos, aunque el hallazgo de las primeras sin los segundos no confirma una infestación activa ya que las liendres pueden persistir después de una terapia exitosa.
Y, ¿cómo se trata a un niño con piojos?
Para la erradicación se suele optar por productos tópicos denominados pediculicidas aunque también es frecuente la eliminación manual de piojos (peinado en húmedo) a como alternativa. En raras ocasiones hay que recurrir a tratamiento oral.
Independientemente del tratamiento seleccionado, la presencia de piojos vivos debe confirmarse antes del tratamiento ya que la presencia de liendres en exclusividad, como hemos dicho antes, no determina la existencia de una infección activa.
Los fármacos más usados son la permetrina y la ivermectina.
Como siempre, resulta de utilidad una correcta higiene y evitar la exposición a otros niños contagiados. En este sentido, la educación para la salud puede ser, como en tantos otros, determinante. Confiamos en que este artículo te haya resultado de utilidad. Si ha sido así, no olvides compartirlo. ¡Gracias!
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